Con la Virgen del Pino



Con la Virgen del Pino


 Mi esposa y yo vamos a ver a la Virgen del Pino el 8 de septiembre, dejamos el coche a unos 2 kilómetros de la Iglesia.

Mientras caminábamos por la carretera, en una abertura entre los pinos siento la luz amorosa de su presencia.

En la iglesia al principio era todo agitación por el numeroso público que asistía buscando colocarse.

Oficiada por el obispo, ya antes de la consagración una luz celestial inundaba toda la Iglesia y una espiral de luz se elevaba hacia los cielos llena  de gracia.

La espiral elevaba las mejores aspiraciones, entrelazando la tierra y el cielo por ondas de luz que se movían tocando corazones y pensamientos.

Apareció ante mi conciencia, mi tía M. muerta 2 años atrás y me preguntó si podía subirse a la espiral de oración, le dije que sí que lo intentará, que le ayudaría. Subió y desapareció hacia lo alto, dejándome lleno de emoción.

La Virgen apareció descalza sobre el palanquín de la imagen, vestida de forma humilde y resplandeciendo de amorosa dulzura.

Después de la consagración deje de verla pero seguía sintiendo intensamente su presencia.

Posteriormente a la comunión la luz que sentía en mi corazón era tan fuerte que oleadas de luz subían a mi cabeza y bajaban a los pies irradiadas desde el corazón. Al mismo tiempo oleadas descendían sobre mi cabeza.

Me llené de asombro al sentir la presencia del amado en mi interior, miraba a través de mis ojos, y era tal el amor que brillaba en su presencia que percibía un poder humilde inmanente en el asomo que realizaba a través de mis sentidos.

En medio de esta experiencia la personalidad pasó a segundo plano, se convirtió en testigo y experimentador, Desaparecieron los juicios y los pensamientos.

Nunca antes había tenido esta experiencia que luego seguiría repitiendose varias veces durante el mes de septiembre.

La presencia siempre se manifestaba por un aumento del amor y el calor en mi corazón y desde ahí emanaba su voz dulce y consoladora llena de promesas de la eterna presencia de Dios en los corazones de los hombres.

Aparecía de forma aleatoria en cualquier momento del día. Meditando, en el baño, viendo la tele..., conduciendo.,.

La presencia de la eternidad dio un paso hacia la interiorización, llenándome de preguntas y vacío después de cada experiencia.

La brecha entre mi personalidad llena de fallos y la experiencia del silencio en medio de la presencia, era más profunda. Haciendo que lo imperfecto en mi se hiciera más visible e insoportable a la vez.

Antes de septiembre los encuentros se producían en medio de la actividad diaria, en medio de la oración, compartiré algunas situaciones:

En mayo del año pasado, estaba en un proyecto que costaba mucho esfuerzo sacarlo adelante, en sueños, en meditación e incluso cuando trabajaba, me comunicaban repetidas veces que abandonara el proyecto, pero no seguía las indicaciones.

8/09/2015