Formas del error en presencia de la Virgen María


Formas del error - 14/08/2013

Después de la oraciones entro en meditación, Ella aparece, habla del cambio interno, de la purificación, de lo que debo corregir, que debo aprender a rezar el rosario. Que el error (el mal) se halla en el hombre en la estructura del pensamiento, en las emociones y en el cuerpo.
La mayor parte de las veces son errores de comportamiento aprendidos socialmente, otras veces son influencias de otros que asumimos como propias y al repetirlas se interiorizan. Me muestra como el bien y el mal se halla anclado en mis pensamientos, en los procesos que sigo.
Una mañana entro en el silencio, veo una luz en lo alto y entre la luz y yo una maraña de cuerdas y formaciones oscuras entrelazadas, no logro percibir de donde vienen, ni a donde van. La Virgen me dice que es la materialización del error en mi, que estas formaciones se encuentran en mi cráneo. Esta maraña oscura interfiere la sana circulación del pensamiento. Las veo como inertes, quietas debidas quizás a que su vibración es muy baja y lenta con respecto a mi estado de conciencia en esta meditación.

Le pido ayuda para limpiar o cortar las cuerdas oscuras, Ella me entrega una espada luminosa que termina en varias llamas de fuego, creo que son cinco.

Con esta espada me veo como un leñador cortando las formaciones oscuras, intentando despejar el paso a la luz de lo alto.
Durante varios días se repite el proceso con luz o sin luz en lo alto, es tanto lo acumulado que estoy asombrado y perplejo, creía que era una persona normal con los conflictos morales normales de la vida moderna. La Virgen me enseña que “la vida moral y la oración continua ayudan a esta limpieza, y previene su existencia”.

Le pregunto ¿porque, no eliminarlo todo de una vez?, me contesta:
"Este proceso debe hacerse poco a poco, ya que el individuo perdería la referencia de su personalidad habitual y se desequilibraría, y eso me pasaría a mi también si me concediera esa gracia”.

Me resulta sorprendente como el mal y su estructura invaden nuestro espacio de percepción sin percatarnos de ello, produciendo una visión defectuosa de la realidad, no viendo el mal cuando es real en nuestra vida por un condicionamiento social errado. O dejando de ver el bien o sustituyéndolo por la desconfianza o el miedo cuando este bien nos alcanza y envuelve.

Me propone la auto-vigilancia de los procesos de pensamiento, el esfuerzo por ver el bien en todo y todos y amarlo todo y a todos desde que empiezo el día, pero he de reconocer que hasta la fecha no lo he logrado.

El error intenta moverse, influenciar, pero es lento y su influencia desaparece en medio de la oración, la entrega y la devoción a Dios.